jueves, 29 de abril de 2010

Magia en los libros


A veces creo que soy un poco como la señora Michel, me gusta pensarlo, con un montón de cosas en la cabeza de las que casi nunca hablo porque nadie me entendería...
Maravilloso libro que ha caído en mis manos gracias a una sabia amiga que sabe lo que me gusta... Está lleno de magia, de cosas pequeñas, esas de las que me gusta hablar en cada post, de la belleza de la vida. El uso del lenguaje me parece soberbio, la obsesión de Reneé por la gramática, la manera de ver las cosas. Y el final inesperado.
En fin, una absoluta recomendación para cualquiera que quiera ver la vida desde un punto de vista muy particular, pero muy hermoso.

Lo datos técnicos? "La elegancia del erizo" de Muriel Barbery. Y no es su primera novela, antes ha publicado "Una golosina", que fue traducido a doce idiomas. Y me dispogo a buscarlo por las librerías, sin duda.

miércoles, 21 de abril de 2010

¿Pintura o realidad?


Se admiten opiniones.
A veces las fronteras son mínimas...

jueves, 15 de abril de 2010

Pedras con arte (I)



Montederramo.
Setembro 2005.

sábado, 10 de abril de 2010

De "pascuillas", pulpeiras de carballiño y rodillas esguinzadas...


Empiezo a pensar que cuando no tienes un buen día, cuando tus hormonas te cantan a gritos las virtudes del sofá, cuando tu cuerpo tiene pocas ganas de fiesta, lo mejor es que le hagas caso, aunque tu sofá sea un matacuerpos y esté una noche de escándalo. Por qué lo digo? porque yo no lo hice, y las estoy pagando.
Resulta que nos llamaron unos amiguetes para ir a tomar un pulpo a la "pascuilla" de Padrón. Le llaman así al fin de semana siguiente a la Pascua, que se celebra por todo lo alto. Uf, no me apetecía nada coger el coche y tirar para allá a las once de la noche, y conducir de vuelta después. Dudé hasta el último momento, me tiré un rato en el sofá para convecerme de que era la mejor opción... pero me di cuenta de que no (ya no sabía cómo poner la espalda y la tele tenía toda la pinta de haberse estropeado otra vez, no ponían nada que se pudiera ver...), así que al final fuimos allá.
El pulpo de aquella mujer estaba de escándalo, aunque tuvimos que apagar el fuego del pimentón con un buen vino de Barrantes, si no aquello prometía arder toda la noche. Tierno, sabroso...ummmmmm! que todavía me relamo. Así que mi humor se puso de gala y parecía que lo íbamos a pasar bien, con conversaciones variadas (trabajo, política, EREs..."parecemos uns vellos", dijo Oscar) y risas.

Luego nos paramos ante el palco de la Philadelpia, el plato fuerte de la noche de verbena. Porque en esta tierra nuestra el nivel de la fiesta se mide por el caché de la orquesta de turno, es así. Y esta, sin ser la Paris ni la Panorama, parece que no les va a la zaga, según los entendidos, que abundaban a mi alrededor, todo hay que decirlo.
El caso es que allí estábamos, cantando y brincando un repertorio que iba de Nacha Pop hasta la Quinta Estación (sin pasar por Bustamante, gracias a Dios, al menos en aquel rato), cuando por mi flanco izquierdo asomaron embistiéndome dos cachalotes de interior (aquellos si nadaban en algo era en alcohol) cayendo sobre mi rodilla izquierda, que describió de repente una curva digna de una gimnasta artística, a contrapelo. Es decir, crac-crac, y volvió a su sitio. Lo que ya no volvió a su sitio fue mi sistema nervioso. La sensación (y el dolor) fue tal que mi cerebro empezó a imaginarse rodillas rotas, huesos al aire y demás escenas gore, haciendo que el pulpo que había cenado se pusiera patas para arriba. Lo siguiente fue un remolino de gente a mi alrededor, un pitido insoportable en los oidos y chirivitas en los ojos. Y alguien que decía "agárrala que se cae". En fin, que me desmayé, allí, delante del palco de la Philadelphia. Supongo que para ellos fui la primera fan con lipotimia por la emoción! bueno, eso si se enteraron, que creo que no.
Fueron dos segundos, me recuperé bastante rápido, me senté al pie del cruceiro (todo muy enxebre, ya veis), y poco a poco me fui tranquilizando. Me di cuenta de que no había nada roto, y ya me sosegué, pero estuve un rato sin poder hablar, como si no tuviera aire suficiente... uf, que pobre yo, vaya! Y luego aun se me acercó el marinero de agua dulce que casi me mata a hacer recuento de los daños, copa en mano y sonrisa imperturbable, aunque alcohólica, en la boca. Y acusándome de haberle casi roto la espalda! En fin, un despropósito.
¿Y qué salió de todo esto? Una visita a las urgencias del hospital de turno por si acaso (siempre hay una primera vez para todo...) que se merecen por méritos propios (y porque me encontré a mi hermana en el box de alado) un post aparte; y un diagnóstico predecible: esguince de rodilla izquierda. Y a pasar cinco dias por lo menos con la pata en alto, con esta primavera maravillosa y este sol...

En fin, que ya veis, al final lo estábamos pasando bien, y mira tú.
Estas pequeñas cosas de la vida que dan pa contar luego en el blog...

viernes, 9 de abril de 2010

Bastián Baltasar Bux no ha crecido...



"Toda historia es una Historia Interminable.
Hay muchas puertas para ir a Fantasía, muchacho. Y hay todavía más libros mágicos. Muchos no se dan cuenta. Todo depende de quién coge uno de esos libros"


Ha sido un placer releerlo con 31 años. Me había olvidado de tantos detalles!
El otro día lo busqué para regalárselo a una niña, una edición reciente. Me sorprendió que la vendedora de libros no supiera que la edición original era bicolor, y me decepcionó que la que se publica ahora haya perdido ese maravilloso detalle.
Espero conservar el mío como hasta ahora, para pequeños lectores futuros...

sábado, 3 de abril de 2010


O mar en estado puro. Nin rastro de civilización.
Cabo Home. Onte.

viernes, 2 de abril de 2010

El arte y viajar


Una de las mejores cosas de viajar (aparte de lo obvio, conocer sitios nuevos, sus gentes, sus costumbres, tu propio enriquecimiento...) es que tienes la oportunidad de ver al natural obras de arte que se han convertido en iconos, que conoces perfectamente en todos sus aspectos, excepto en el real. Unas veces verlas al natural supone una gran decepción (dicen que pasa eso con la Gioconda, aunque aún no he tenido el placer de visitar el Louvre), pero otras veces, la belleza y perfección técnica de estas obras de arte las hace cobrar vida contempladas ante tus ojos.
A mi me pasó esto con una en particular. La vi hace ya once años pero me acuerdo perfectamente de lo impactada que me dejó: El rapto de Proserpina, de Bernini. Está en la Galería Borghese, de Roma, visita obligada para todo estudiante de arte que va de paso de ecuador a Italia. Y entre todas las que allí había, que no eran pocas, me quedo con esta sin duda. Fue esculpida entre 1621 y 1622 y representa el momento en que Proserpina es raptada por Hades para ser llevada a los infiernos. Tiene energía, dramatismo, movimiento... y un tratamiento del mármol que me dejó con la boca abierta, pues los dedos del dios se clavan en la piel de Proserpina como si fuera carne de verdad. Esta claro que algo así sólo lo podía conseguir Bernini. Para muestra, un botón.